El barrio de Petare, en Caracas. Con una población de más de un millón de personas, es el barrio más peligroso de Venezuela y uno de los más peligrosos de Latinoamérica. La mayoría de los crímenes violentos ocurren en barriadas como estas, hogar de los más vulnerables y afectados por la crisis.
Gente haciendo fila por la mañana para comprar gasolina. Las filas interminables se han convertido en una realidad cotidiana de los venezolanos que intentan encontrar productos que escasean. En muchos casos, la carga no llega o no alcanza para todos. A veces, la gente tiene que ir a varias tiendas para completar sus compras o artículos para el hogar.
Niños y mujeres embarazadas comen en una cocina solidaria dirigida por Alimenta la Solidaridad, una ONG local que trabaja en Petare, un barrio marginal al este de Caracas. En Petare, muchas familias no pueden comprar comida suficiente y, a menudo, los niños sólo reciben una comida al día. Según un informe de Cáritas (2018), el 65% de los niños con los que trabajaron tenían diferentes niveles de desnutrición.
Niños y mujeres embarazadas comen en una cocina solidaria
Niños y mujeres embarazadas comen en una cocina solidaria
Mayra Castro, de 37 años de edad, prepara la comida en su chabola en Petare. Su hija menor murió de hambre con tan solo un año. “Cuando la llevé al hospital, el médico me dijo que debía darle de comer algo de pollo o carne, pero, ¿cómo podía permitirme comprar pollo?”.
Un perro hambriento yace en el suelo. Según ENCOVI, el 64% de las personas reportan haber perdido peso en 2017.
Freddy (16 años), miembro de una banda de secuestradores, en una casa segura en una barriada de Caracas. Se unió a la banda cuando se dio cuenta de que “las cosas eran difíciles en casa. Vi a mi mamá que luchaba para comprar harina, arroz... Cualquier cosa. Ahí es cuando decidí unirme a la banda, para poder comprar algo de comida para mis hermanos pequeños. Empecé como un ladrón pero ahora me han dado un arma para participar también en secuestros”.
Policías durante un operativo en el barrio de La Cruz. La crisis económica y la inflación han provocado un aumento de la delincuencia y la inseguridad en el país. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, Venezuela es el segundo país más peligroso del mundo.
Un policía registra a un hombre sospechoso de haber apuñalado a otro para robarle. Los robos se han convertido en un motivo importante de preocupación entre los venezolanos, ya que, a menudo, se convierten en homicidios cuando las víctimas se resisten.
Policías durante un operativo en el barrio de La Cruz.
Policías durante un operativo en el barrio de La Cruz.
Policías durante un operativo en el barrio de La Cruz.
Policías durante un operativo en el barrio de La Cruz.
Presos suplican por comida y agua en sus celdas en una estación de policía en Caracas. Muchos de ellos alegaron que, a pesar de tener un empleo estable, la crisis económica y la imposibilidad de llevar comida a casa les abocaron a salir a la calle a delinquir.
Reclusos en sus celdas en una comisaría. Los reclusos dependen de sus familias para que les proporcionen alimentos y hay casos de desnutrición grave.
Reclusos en sus celdas en una comisaría. Los reclusos dependen de sus familias para que les proporcionen alimentos y hay casos de desnutrición grave.
Gente espera en la entrada del barrio José Félix Ribas, en los suburbios de Petare (este de Caracas).
Vista de una calle en el barrio de Petare, Caracas.
Una pintada lee "hambre" en una calle de Caracas.
El hermano menor de Keibe Cubreo lamenta su muerte en una funeraria de Caracas. Keiber Cubero fue ejecutado por la policía luego de asaltar un restaurante para poder mantener a su familia. Según la organización no gubernamental Monitor de Víctimas, el 21% del total de muertes fueron por parte de las fuerzas de seguridad.
El cadáver de Keiber Cubero es llevado por amigos camino al cementerio. Keiber fue ejecutado por la policía luego de robar en un restaurante para poder mantener a su familia
Una mujer llora durante el funeral de su marido, Keiber Cubero (25 años). Padre de una niña y con dificultades para conseguir comida, Keiber salió una noche junto con otros dos compañeros a robar en un restaurante, pero fueron interceptados y ejecutados por la policía. El 95% de los homicidios en Venezuela quedan impunes.
Vista de una calle en Caracas.
Gente hace cola en la puerta de un banco. Detrás de ellos se lee una pintada que dice "hambre".
Un soldado en una calle del centro de Caracas.
Un grupo de niños busca comida entre las basuras de un gran centro comercial. Según Cáritas, el 53% de las familias se han visto obligadas a buscar alimentos en «lugares no convencionales», lo que a menudo supone un eufemismo para referirse a la basura.
Una abuela alimenta a su nieto en una cocina benéfica dirigida por voluntarios y una ONG. A menudo, alguien de la familia renuncia a su ración de comida para que los demás integrantes de la familia puedan comer un poco más.
Roxana Gutiérrez (19 años) cuida de su hijo en su casa en un barrio humilde de Caracas. Pese a que tanto ella como su esposo Carlos (20 años) tenían trabajos estables, la crisis y el desabastecimiento hicieron cada vez más difícil encontrar alimentos, lo que llevó a Carlos a salir una noche a robar motocicletas. Fue capturado por la policía al primer intento y actualmente se encuentra cumpliendo condena. Roxana está embarazada de su segundo bebé.
Una niña pasa frente a la escena de un crimen. Unos minutos antes, un hombre había apuñalado a tres personas con un cuchillo de cocina.
Un conductor de moto-taxi muestra las cicatrices que le quedaron después de que le asaltaran y le dieran dos disparos para robarle la moto en pleno día.
Una mujer llora el asesinato de su hijo.
Un adolescente, miembro de una banda de secuestradores, vigila a través de la ventana. Con tan solo 15 años, se unió a la banda para poder apoyar económicamente a su familia. Según el ENCOVI, un 64% de los venezolanos han perdido peso en 2017.
Los cadáveres se amontonan en la morgue del hospital Pérez Carreño. Pese a que el gobierno no publica cifras oficiales de homicidios, según el Observatorio de Violencia de Venezuela se registraron 26.616 homicidios en 2017. Sólo en Caracas, 1.331 personas fueron asesinadas en el plazo de un año.
Una familia lamenta la muerte de un familiar asesinado violentamente. Más del 95% de los casos nunca se resuelven.
Una familia lamenta la muerte de un familiar asesinado violentamente. Más del 95% de los casos nunca se resuelven.
Un mural de los ojos de Hugo Chávez domina la vista del barrio 23 de Enero, un barrio pobre de Caracas. La pintura de los ojos de Hugo Chávez se volvió icónica después de su muerte y pretendía ser un símbolo de su presencia y legado. Si bien el 23 de Enero solía ser uno de los bastiones del chavismo, muchos se han cansado de años de crisis persistente y mal administrada económicamente.