José Basilio, de 43 años, viaja en autobús hacia los EE.UU junto con el resto de integrantes de la caravana migrante que cruzó Guatemala en enero de 2020. Deja a sus tres hijos con su mujer, quien también planea viajar a los EE.UU en cuanto José se haya asentado.
Neymar (nombre ficticio) observa su barrio desde una azotea.Vive con su abuela desde que su madre se fue a EE.UU y a su padre lo asesinaran. Ha comenzado a juntarse con los pandilleros de su barrio y a cometer algún delito no violento como traficar con marihuana. Esto suele ser el primer paso antes de continuar con delitos mayores como la extorsión o el asesinato.
Tres adolescentes practican con una navaja en el barrio de La Limonada, uno de los más violentos de la ciudad.Los padres de Cristian (esquina inferior derecha) se fueron hace años a los EE.UU. Sus dos hermanos mayores forman parte del Barrio 18.
El barrio de La Limonada, en la Zona 5 de la Ciudad de Guatemala, es una de las zonas dominadas por las pandillas.
Una niña atraviesa un callejón marcado con pintadas de la Mara Salvatrucha en la Zona 5 de Ciudad de Guatemala.
Un local de alterne en Mixco, a las afueras de Ciudad de Guatemala.
Según la fundación Insight Crime, las pandillas son una organización social por delante de una organización criminal: no busca tanto el beneficio económico sino crear un espacio de protección en el que apoyarse mutuamente. Un pandillero estaría dispuesto a matar con tal de defender “al barrio” o a cualquiera de sus “hermanos” de la pandilla.
Las hermanas María de los Ángeles Lemus, de 18 años de edad, y Evelin Lizet Lemus García, de 20, yacen muertas en una avenida de la Zona 6 de Ciudad de Guatemala. Volvían de trabajar en una zapatería cuando les dispararon siete veces desde una moto. Según la policía, las pandillas ejecutan a quienes no pagan la extorsión. El 80% de los 3.578 homicidios que se registraron en 2019 está atribuido a las pandillas.
La policía inspecciona el lugar del crimen donde ha sido ejecutado Juan Carlos, de 30 años, en una peluquería de San José Pinula. Desde hacía meses sufría amenazas por parte de la pandilla Barrio 18 para que pagara la extorsión.
Vecinos de San José Pinula observan la escena de un homicidio en su localidad. De los 1.281 homicidios perpetrados en el departamento de Guatemala, tan solo se han resuelto unos 200, según una fuente dentro de la policía de homicidios.
El conductor de autobús Estuardo Francisco Cabrera, de 36 años, y la pasajera Jennifer Morales, de 26 años, yacen muertos tras ser tiroteados por pandilleros en la Zona 17 de Ciudad de Guatemala, cerca del centro comercial Metro Norte. El colectivo de conductores de autobús es uno de los más vulnerables a sufrir extorsión por parte de las pandillas.
Un convoy de la Policía Nacional Civil se dirige para efectuar una redada en un presunto piso franco de la pandilla Barrio 18.
Familiares atienden el funeral de Glendy Yesenia López, de 20 años. Fue asesinada por dos pandilleros mientras conducía su mototaxi.
Una técnico del INACIF (Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala) trata de averiguar la identidad de los restos óseos de un cadáver sin identificar.
Familiares acuden al entierro de Jonathan Gúzman, asesinado a los 21 años por una pandilla.
Aunque no hay un registro oficial, muchos de los 3.472 homicidios registrados en 2020 se les atribuye a ellas. El resultado es una tasa de 21 homicidios por cada 100 mil habitantes, el doble que lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera “epidemia”.
Una mujer llora al ver el cadáver de su marido, Jonathan Guzmán, asesinado por un pandillero por negarse a pagar la extorsión de la panadería que regentaba. Jonathan, de 21 años, fue asesinado a sangre fría en la puerta de su casa cuando volvía de dar un paseo con su mujer y su hijo de 9 meses de edad.
Trabajadores del Cementerio de La Verbena de Ciudad de Guatemala dan sepultura a varios cuerpos sin identificar.Todas las semanas llegan desde la morgue entre 5 y 10 cadáveres sin identificar. En muchos casos se trata de chicos jóvenes que llegan a la capital para formar parte de una pandilla tras pasar por prisión. Al ser de otro municipio, cuando les matan nadie reclama su cuerpo y finalmente les entierran en bolsas de plástico y tumbas sin lápida.
Carteles publicitarios sobre el envío de remesas desde EE.UU.Actualmente Guatemala es el país del que provienen el mayor número de personas inmigrantes que llegan a los EE.UU. Aproximadamente 280.000 guatemaltecos fueron detenidos por la policía fronteriza en 2019, según datos del gobierno de EE. UU.
Rosa Menchu empaqueta su equipaje frente a su hijo la noche antes de viajar a los EE.UU. Su hijo Leo, de 16 años, se queda en Guatemala a cargo de su tía. “En mi corazón sé que no voy a regresar en mucho tiempo porque tengo muchas deudas. Eso no se lo he dicho a mi familia”.
Miriam Martinez, de 63 años, atiende a su nieta Camila, de 11, mientras hace los deberes. Hace 6 años, los padres de Camila se fueron a EE.UU por necesidades económicas y la dejaron con su abuela. “Cuesta un poco ya a mi edad. Yo ya saqué a unos hijos adelante… Además, los niños necesitan del cariño de sus padres”.
Estela, de 66 años, espera angustiada noticias de su hijo menor después de que se marchara a los EE.UU sin avisar hace varios días. Al marcharse el padre sus dos nietas quedan a su cargo.
La mitad de las personas migrantes de Centroamérica dejan atrás a algún hijo o hija. Al marcharse los padres, los hijos suelen quedar a cargo de familiares, mayoritariamente abuelas o hermanas mayores, que muchas veces no tienen el tiempo, energía o capacidad suficiente para asumir el reto que supone la crianza.
Un agente de Dipanda (División Nacional contra el Desarrollo de Pandillas) vigila a 4 pandilleros, 3 de ellos menores de edad, pertenecientes a la clica Solo Para Locos del Barrio 18 acusados de secuestrar y planear descuartizar a un miembro de la pandilla rival.
Un policía de la PNC reduce a un pandillero perteneciente a la clica Crazy Gangsters del Barrio 18 durante un registro en su vivienda en la colonia Santa Faz, en Ciudad de Guatemala.
Un policía de la PNC cachea a un pandillero del Barrio 18 durante un registro en su vivienda.
Una bandera de EE.UU colgada en la vivienda de un pandillero en la Zona 18 de Ciudad de Guatemala.
En Guatemala las pandillas cuentan con entre 15.000 y 20.000 miembros y, pese a los numerosos operativos de seguridad pública desplegados por los distintos gobiernos, la adhesión a las mismas no ha dejado de crecer. Según varios organismos de Derechos Humanos, más que solucionar el problema estos han tenido resultados contradictorios ya que no están acompañados de ninguna política social de integración. Mientras tanto, esta violencia es, a su vez, uno de los motivos principales por los que muchos centroamericanos se deciden a emigrar, realimentando así un círculo vicioso.
Armas de asalto de gran calibre confiscadas durante un registro a un piso franco en la Zona 12 de Ciudad de Guatemala controlado por la Mara Salvatrucha.
Un grupo de presuntos pandilleros es trasladado de vuelta a la prisión después de haber acudido a su juicio.
Sander, 22 años, es detenido en su domicilio por el presunto homicidio de un taxista y pertenencia a pandilla (Barrio 18).Su padre se fue a EE.UU y su madre no podía cuidar de él. La pandilla lo reclutó a los 12 años. A los 14 ya había cometido su primer homicidio.
Un policía inspecciona el cadáver de un hombre en El Canalito, a las afueras de la Ciudad de Guatemala. Pese a los numerosos operativos de seguridad pública desplegados por los distintos gobiernos, el fenómeno de las pandillas no ha dejado de crecer.